jueves, 21 de abril de 2011

Todos estamos pendientes de la decisión de la Señora

Todos los análisis políticos actuales están basados en el supuesto –sólidamente fundamentado, por cierto- de que la presidenta ganaría las elecciones de octubre. Las encuestas reflejan este hecho inequívocamente. La Señora tiene a su entera disposición cuatro años más de mandato presidencial. Esto le podría permitir seguir avanzando contra los poderes económicos concentrados, trabajando en el proceso de redistribución de la riqueza, combatiendo los monopolios mediáticos, en definitiva, seguir consolidando el “modelo”. El interrogante que cabe plantearnos es si resulta prudente semejante curso de acción.

Porque este modelo se sustenta en circunstancias muy favorables, no sólo en el campo internacional sino inclusive en el plano interno. Y no sólo en factores económicos sino también políticos. Quienes creen que todo el secreto del éxito kirchnerista se explica por el elevado precio de los commodities se confunden. El éxito del kirchnerismo se explica esencialmente porque aplica políticas contradictorias con las que se ejecutaron durante los años ’90. Hasta ahora esas políticas no produjeron resultados positivos pero generaron la esperanza de que estos sobrevengan. Si la Señora gana las elecciones, el pueblo empezará a demandar resultados visibles y eso es algo que el kirchnerismo no puede ofrecer. Por lo tanto, es altamente probable que, una vez que pasen los comicios, cuando el pueblo demande una devolución por el crédito que le dio al kirchnerismo y este no esté en condiciones de saldar esas facturas, sobrevenga un rápido desgaste del oficialismo. Si esto ocurre, los próximos cuatro años serán muy difíciles porque habría un gobierno con un largo período por delante y un malestar social creciente. Afortuanadamente para la Señora, De la Rúa devolvió el helicóptero y la viuda lo sigue teniendo a su disposición.

Pero por estas mismas razones resulta posible que, finalmente, la viuda desista de presentar su candidatura a la reelección, como parecen insinuarlo algunas de sus expresiones en sus últimos discursos. Por supuesto que no se puede tener una certeza absoluta acerca de lo que piensa la Señora en su intimidad pero en los últimos discursos hizo repetidas alusiones a conceptos como la temporalidad de los mandatos políticos, o que apoyará este proyecto desde cualquier lugar donde le toque estar, entre otras insinuaciones en el mismo sentido. ¿Qué pasaría, por ejemplo, si Cristina eligiera bajarse de la presidencia y dedicarse a erosionar al futuro gobierno desde la oposición? ¿No sería eso una perspectiva política más promisoria para ella? ¿No podría convertirse en una suerte de “Elisa Carrió” del kirchnerismo, dedicada a la crítica sistemática sin tener el problema de tener que gobernar y asumir responsabilidades cotidianamente? En definitiva, ese es el papel político en el que Cristina brillaba con luz propia, cuando era legisladora y fustigaba a los gobiernos de otros o apoyaba la gestión de su marido. A Cristina el papel de legisladora le sienta mucho más que el de presidenta, más aún cuando no tiene a su marido a su lado para que la respalde y la inspire...

Si Cristina decidiera dejar la Presidencia y ocupar algún otro espacio dentro del sistema político, tendría todas las ventajas del reconocimiento popular y ninguno de los problemas que el ejercicio del gobierno plantea. Y, admitámoslo, la Señora es lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de esto. Hasta ahora, las hipótesis que se vienen manejando son: 1) que Cristina se presenta a la reelección; 2) que se aleja de la política. Pero hasta ahora nadie consideró la alternativa intermedia, que es que se aleje del gobierno pero no de la política, preservándose como alternativa para más adelante, tirándole la “bomba de tiempo” a otro para que se haga cargo de enfrentar los serios problemas que probablemente sobrevengan en los próximos años. Si tomamos los contenidos de sus últimos discursos, esa podría ser la conclusión que puede extraerse de sus palabras. Y si esto sucediera todo el escenario político se revolucionaría... El dato clave de la coyuntura política es qué camino seguirá Cristina. A ese dato están condicionadas todas las demás variables. Por eso la oposición no logra plasmar ninguna propuesta consistente. Y, obviamente, la Señora se guarda la decisión hasta último momento para asegurarse el mayor margen de maniobra. Todos estamos pendientes de ella. Cuando ese dato se aclare, el resto de las variables se acomodarán espontáneamente. Mientras tanto, seguirá reinando la incertidumbre...

1 comentario:

  1. Creo que el próximo presidente no sale de Scioli o Macri. Es un pálpito.

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