miércoles, 24 de noviembre de 2010

El acuerdo del gobierno con el FMI para medir la inflación es una "bomba de humo"


El anuncio formulado ayer por el ministro de economía, Amado Boudou y la directora del Indec, Ana María Edwin (ambos en la foto) en el sentido de que fue firmado un acuerdo para que el FMI (Fondo Monetario Internacional) colabore en la elaboración de un nuevo índice de precios es sospechoso, tiene “mal olor”. Boudou, con su habitual imprecisión, no ha dado explicación satisfactoria alguna acerca de las razones por las que este acuerdo haya sido firmado. Según los análisis más sensatos, el motivo de este acuerdo es que el gobierno quiere saldar la deuda con el “Club de París” y una de las condiciones que le están exigiendo es que presente datos estadísticos que cuenten con la aprobación del Fondo. Por lo tanto, no tiene la viuda más alternativa que ir a “morir al pie” del tantas veces denostado FMI. Por supuesto, la hipocresía gubernamental presenta esta claudicación como un avance. "Nunca existió un verdadero IPC nacional, bien hecho y con representatividad", expresó el director técnico del INDEC, Norberto Itzcovich.

Esta última afirmación, por supuesto, es falsa, al menos si se la toma en forma absoluta y como argumento para fundamentar la intervención del FMI en la elaboración de las estadísticas referidas a la evolución de los precios. El INDEC era un organismo estatal que operaba de un modo sumamente satisfactorio hasta que el kirchnerismo lo invadió porque daba índices que no satisfacían sus conveniencias políticas. Es técnicamente cierto, como Itzcovich lo dice, que los índices que el INDEC elaboraba antes de la ocupación del organismo por el kirchnerismo, no eran absolutamente representativos de la inflación en el nivel nacional y que había regiones del país que no estaban totalmente cubiertas. Lo que Itzcovich no aclara –y, por supuesto, todo el gobierno acompaña esa omisión- es que esas falencias podrían haber sido cubiertas con el propio trabajo del equipo técnico que existía en el INDEC hasta la intervención decretada por el gobierno y que es absolutamente innecesario que venga el FMI a explicar cómo se mide la inflación en Argentina. Si hay en Argentina equipos técnicos holgadamente solventes para realizar con eficacia las mediciones necesarias ¿por qué convocar al FMI para que haga ese trabajo? El gobierno no aclara esa cuestión.

Es inverosímil que a un gobierno que viene empleando la mentira como sistema desde hace casi ocho años le haya brotado súbitamente un afán por conocer la verdad acerca de los índices inflacionarios. Y si el gobierno tiene realmente esa intención ¿por qué acordar con el FMI, un organismo tantas veces denostado, cuando existen en Argentina los recursos humanos idóneos para realizar esa tarea? No sólo los técnicos del INDEC desplazados por la intervención kirchnerista están capacitados para realizar esa tarea sino que existe también un trabajo realizado por un conjunto de técnicos de varias universidades precisamente por una solicitud del gobierno. Ese trabajo no fue tenido en cuenta por Boudou. Daniel Pérez, decano de la Faculta de Ciencias Exactas de la UBA expresó que "el informe académico tenía propuestas muy interesantes para mejorar la credibilidad del Indec, basados en el diagnóstico de gente de mucho prestigio que trabaja en las universidades argentinas".

Si el gobierno tuviera verdaderamente la intención de sincerar los índices de inflación, aclararía todas estas cuestiones. Como el kirchnerismo es una corriente política que apela sistemáticamente a la mentira, no hay razones para creer en nada de lo que diga acerca del modo en que medirá la inflación de ahora en más. En principio, este anuncio del acuerdo con el FMI no puede ser visto más que como una “bomba de humo” destinada a ocultar –probablemente más hacia el extranjero que hacia dentro del país- el hecho de que el sistema estadístico argentino ha sido arrasado por una horda de facinerosos comandados por Guillermo Moreno. Es posible que este anuncio del acuerdo con el FMI sirva para engañar transitoriamente a los acreedores del Club de París. Pero, como siempre sucede, después de poco tiempo, las mentiras del kirchnerismo quedarán a la vista y la inconsistencia de sus políticas emergerá una vez más. Nada nuevo bajo el sol. Se trata de una película de terror que venimos viendo una y otra vez desde que el “pingüino” desembarcó en la Casa Rosada.

4 comentarios:

  1. Una truchada mas!! quiero conocertw!!

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  2. este interesante, que podamos ver todos los argentinos la verdadera cifra del famoso IPC pero la real, no la convenida

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