lunes, 13 de diciembre de 2010

Con un proyecto liberal de largo plazo, problemas como el de Sodati nunca existirían


La crisis suscitada en Soldati no registra por el momento avances visibles. Se ha logrado, dentro de límites muy precarios, evitar que sigan produciéndose incidentes de gravedad extrema pero, por el momento, no se vislumbra solución alguna al problema. La dificultad para llegar a una solución radica en que, como lo sostiene el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, si se accede al pedido de otorgar viviendas a los ocupantes del parque, se está estimulando a que esa práctica se generalice. Pero esto deja la situación en punto muerto porque la alternativa sería el desalojo de los intrusos, algo que el gobierno nacional no quiere hacer para no exponerse a que haya víctimas. En estas condiciones, el problema no tiene solución.

Este punto muerto provoca, irremediablemente, que la tensión en el lugar aumente y que el riesgo de que cualquier chispa haga estallar el polvorín se torne mayor minuto a minuto. Si alguien quisiera conocer una versión en pequeño de cómo es la vida en la frontera palestino-israelí, puede darse una vuelta por el Parque Indoamericano de la Ciudad de Buenos Aires y tendrá seguramente una idea aproximada. Las cuestiones que están en juego son mucho menos relevantes pero el estado de ánimo seguramente se parece bastante. Quizá la mayor diferencia es que en la frontera de Medio Oriente los ejércitos, cuando es necesario, están dispuestos a matar, algo que acá está vedado pero, en cuanto a la tensión, aquí tenemos una “muestra gratis” del problema mayor.

Es imposible predecir cómo concluirá este conflicto pero hay algo que sí es importante señalar, que es el hecho de que este conflicto acentúa las evidencias de que el ciclo político kirchnerista está agotado –lo está desde hace más de dos años pero hasta ahora el gobierno ha logrado estirar su agonía- y que se perfila un 2011 con el país inmerso en un creciente proceso de anarquización.

Todo esto, naturalmente, es la consecuencia lógica y previsible de la metodología de gestión del kirchnerismo, consistente en nunca resolver un problema sino en apelar siempre a los “parches”, dejando las soluciones definitivas postergadas para tiempos inciertos. El aporte más significativo que los liberales podemos hacer a este problema, en vista de que no podemos aportar remedios efectivos porque carecemos del poder para eso, es subrayar que la causa de que este tipo de conflictos se susciten es la habitual práctica de buscar paliativos coyunturales que sólo sirven para esconder el problema real pero no buscar soluciones de fondo y sustentables en el tiempo.

En ese sentido, el liberalismo es la contracara del kirchnerismo. La esencia del liberalismo es buscar soluciones profundas y definitivas a los problemas, a diferencia de lo que hace este gobierno –y todos los gobiernos populistas en general- que consiste en tratar de eliminar los efectos de los problemas pero no atacar las causas. Todo este problema en Soldati no existiría si el gobierno hubiese aplicado, cuando accedió al poder, una política general acertada, contribuyendo a consolidar la seguridad jurídica y garantizando la estabilidad de la moneda. En ese contexto, el crecimiento de la economía hubiese sido sustentable y el clima de confianza hubiera estimulado la inversión productiva de riesgo. En ese contexto, seguramente hubiesen aparecido entidades financieras dispuestas a otorgar créditos hipotecarios que permitirían que mucha gente obtenga su vivienda por medios legítimos y a la que podría acceder en función de que habría buenas fuentes de empleo, que darían la posibilidad de pagar los créditos recibidos.

Todo esto no es “Argentina año verde”. Todo esto es posible aquí y ahora. Sólo es necesario llevar adelante las políticas tendientes a que este proyecto se concrete. Por supuesto que la puesta en marcha de esas políticas implicaría dejar de lado todos los supuestos en base a los cuales el kirchnerismo se ha venido desenvolviendo. Pero ese es un problema de los kirchneristas. Las soluciones liberales están siempre disponibles y su eficacia está probada. La puesta en aplicación depende de quienes tienen la facultad de tomar la decisión. Si no quieren hacerlo, no se lamenten después por las consecuencias.

1 comentario:

  1. Interesante. Aunque yo creo que si en realidad se quisieran solucionar los problemas, los problemas hace rato que no existirían. Evidentemente algunos no quieren solucionar nada, vaya a saber uno por que. Estos serían los fantasmas. POr otro lado, todos quieren solucionar todo, todos quieren la paz mundial. Estos son nuestros políticos, menemistas, liberales, kirchneristas, socialistas, radicales, etc. Y me parece bien, porque para eso están. POrque no se logra, eso es un misterio.
    Los kirchneristas piensan que son los únicos que pueden "transformar" el país.
    Ahora parece que también los liberales pueden hacerlo.
    Ahora, si el problema de fondo se resuelve aplicando algunas medidas monetarias y de crédito en un proyecto de largo plazo, buenísimo. Puede ayudar, pero no creo que resuelva nada de fondo. Acá también hay una cuestión de valores. Pero viste que con los valores no hay que meterse porque son relativos. Para algunos el bien es mal y el mal es bien. Es raro. Si hay gente que se muere de hambre es porque son unos vagos. Si no tienen casa es porque no quieren trabajar. Queremos vivir en democracia pero pretendemos hechar a los inmigrantes bolivianos y paraguayos, de paso matamos a los aborígenes en Formosa. Parece que la política es conflicto unicamente. PAreciera que es un juego en el cual cada uno intenta imponer sus intereses sin importarle nada el resto. Estamos un poco mal en ese sentido. Ya no alcanza con ser un buen ciudadano. Pagar los impuestos, levantar la caca del perro, respetar el semáforo, votar, tirar los papelitos en el tacho de basura. Creo que estamos llegando a un momento en el que vamos a tener que darnos cuenta que tendremos que ceder algunas cosas. La famosa frase hecha, mi derecho termina donde empieza el del otro. Estamos pasando por encima los derechos del otro. Y encima le imponemos nuestro derecho. Básicamente el consumo desenfrenado, racionalidad capitalista al extremo. Los valores se generan por aplicación de impuestos. Sos bueno porque pagas el impuesto de contaminación, no porque te matas buscando energias alternativas. Sos bueno porque pagaste un impuesto porque te pasaste del número de árboles que tenías que talar. Somos lo que tenemos, dime cuanto tienes y te diré quien eres. Tenes mucho sos bueno y quiero ser tu amigo, tenés poco y sos un vago por el que cruzo de vereda. Las leyes se ajustan al sistema de ganancia, ganancia y ganancia para unos pocos.
    Creo que el problema es social pero fundamentalmente político. Sino para que tenemos tan hermosa constitución. Si fuera por la constitución, todo sería un paraíso.
    A mi me da lo mismo cualquiera de las dos "ideologías" kirchnerista o liberal. Sé que ambas si lo hacen honestamente y con transparencia van a lograr construir un país mejor para todos.

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