lunes, 21 de febrero de 2011

Por falta de opciones, la señora se encamina a una nueva victoria

El transcurso del tiempo sin que se vislumbre la consolidación de proyectos alternativos opera en favor de las aspiraciones de la señora Cristina de obtener la reelección en los comicios de octubre. Aparentemente, los dirigentes opositores no tienen la intención de deponer las ambiciones de todos ellos y crear alguna propuesta apta para competir seriamente con el oficialismo. Ante este vacío, debemos admitir, reconocer y lamentar que probablemente el gobierno consiga la victoria en las elecciones de octubre. Y, debemos agregar, será un triunfo merecido y legítimo porque si nadie presenta una propuesta mejor, no se puede responsabilizar al pueblo de votar lo que hay...

Si las alternativas a Cristina son Alfonsín y Duhalde, no le pidamos a los beneficiarios de un Plan Trabajar, gracias al cual comen todos los días, que resignen lo ínfimo que tienen. Es humanamente entendible que se apoye a quien al menos les da un mendrugo diario si la opción es no recibir nada. El problema radica en que el gobierno es la única propuesta nítida que se perfila con vistas a las elecciones. En la oposición, la única candidata formalmente lanzada es Elisa Carrió, quien, a excepción de sus habituales y consuetudinarias denuncias sobre negociados y coimas, no representa un proyecto político claro. Nadie puede siquiera imaginarse qué haría Carrió si llegara al gobierno. Carrió es más bien de izquierda pero no mucho, lo cual significa que probablemente aplicaría una política muy contradictoria y nada previsible. Ese hecho la sitúa claramente en desventaja para competir con un gobierno al que se le pueden hacer todas las críticas que se quiera pero no se puede negar que tiene un rumbo político muy claro y no hace nada por ocultarlo.

En general, todos los precandidatos tienen posiciones cercanas a las del gobierno, no hay proyectos que promuevan abiertamente un cambio en la orientación política. ¿En qué pueden diferenciarse sustancialmente Ricardo Alfonsín o Eduardo Duhalde del kirchnerismo? ¿Van a reducir ampliamente las intromisiones del estado en la economía, van a disminuir el gasto público para eliminar la emisión como fuente de financiación para frenar la inflación, van a bajar la presión impositiva, van a crear condiciones para que los mercados operen libremente? ¡Por favor, estamos grandes para creer en los Reyes Magos! Y allí está el problema, justamente en que no aparecen programas alternativos y todos son burdos imitadores de las políticas que el kirchnerismo aplica. Ni siquiera Macri se puede imaginar como un político con un proyecto diferenciado porque las concesiones que constantemente hace para mantener unificado a su partido lo convierten simplemente en un peronista de Barrio Norte pero, al fin, en un peronista más.

En rigor, es sumamente difícil que haya un cambio visible de orientación política porque el electorado está predispuesto a apoyar la continuidad de la actual gestión. Lo que se le cuestiona al gobierno es su actitud confrontativa, no el sentido ideológico de su política. La expectativa sería que se aplique una política similar a la actual pero con menos agresividad, menos agravios, menos enfrentamientos y menos sospechas de corrupción. Si se puede bajar un poco la inflación y la inseguridad, mejor... Pero, puestos a considerar, por diferentes razones, ninguno de los demás candidatos responde al conjunto de las expectativas de la población mejor que el actual gobierno. Y así es como, por descarte, la señora Cristina va encontrando despejado el camino para obtener un nuevo mandato...

La suerte aún no está definitivamente echada pero si no se renueva la oferta electoral va a resultar muy difícil que el kirchnerismo pierda, esencialmente porque no hay quien le gane... Debemos hacernos cargo de la posibilidad de que algo así suceda. Hasta ahora, cabía pensar que, supuestamente, en una segunda vuelta, Cristina perdería con cualquiera pero son tan inconsistentes las alternativas opositoras que, aunque no nos agrade, debemos reconocer que es difícil que, en el momento crítico, haya quien ofrezca mayores garantías que el gobierno en relación a las demandas simples y básicas de la mayor parte del electorado... Si esto no se modifica, la Señora volverá a ganar las elecciones, lamentablemente.

6 comentarios:

  1. Se ve que no te gusta el gobierno.
    La oposicion y el oficialismo estan en igual de condiciones, la diferencia es que la oposicion tiene astucia, y el oficialismo capacidad; vale destacar que el "oficisialismo" no solo es el partido "kirchnerista" sino que dentro del "oficialismo" hay seres humanos de otros partidos.
    No creo que sea por falta de opciones como se quiere entablar ahora, sino es por propio merito.

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  2. Jamas me rendire para que esta DIVA CON LA AZOTEA TOTALMENTE FISURADA se vaya...!!!

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  3. Somos mas que un mendrugo diario...!!!
    Esta nota es un poco desafortunada Alejandro...los días pasan y cada metida de pata de la delirante y sus secuaces hacen eco en el electorado...cualquier postulado a presidente de los que hay en la política argentina serán bien venidos si no son kirchneristas...!!!
    Espero que tengas mas fe y que el animo de tus notas no sean tan negativas...tenemos que darnos fuerzas entre todos porque lo que hace daño se enquista en la sociedad y se vuelve patológico...!!!
    un abrazo
    LM

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  4. Que derrotista hermano.
    En el 2007 con Nestor con 80% de imagen positiva, con el voto del campo y con Clarin a favor, cfk sacó 45%, menos que alfonsin, menem y de la rúa.
    No hay formula magica que indique ahora podría superar el 25%. El plan es simplemente desmoralizar y apuntar al votante que apuesta a ganador. Nada mas que eso. Pero se van a inmolar de una manera tan epica.

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  5. Gracias a todos por su participación, se que la nota es polémica pero expresa la percepción que tengo en este momento, la idea era motorizar el debate

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  6. Coincido bastante con lo expresado en la nota. A mi modo de ver el problema no está en buscar las diferencias políticas entre los candidatos, que son más de lo mismo.

    El verdadero problema está en encontrar uno que tenga valores éticos o morales, que respete los principios constitucionales, que tenga más vocación de servicio que vocación de SERVIRSE.

    Por lo que conozco hasta acá son todos iguales, no valen nada.

    Atentamente

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