jueves, 4 de noviembre de 2010

Kirchner no se merecía ningún homenaje


El fallecido ex presidente Néstor Kirchner no se merece los homenajes que las cámaras legislativas le ofrecieron ayer. Con matices, los legisladores de todas las corrientes políticas se expresaron elogiosamente hacia el ex presidente. Por supuesto, los más exaltados fueron los kichneristas que –de paso, cañazo- aprovecharon la perplejidad y la inoperancia de la oposición para aprobar en comisión el despacho que les permite habilitar el tratamiento del presupuesto para el año próximo, con previsiones de crecimiento totalmente inferiores a las reales para luego disponer de mayores recursos para distribuir discrecionalmente de acuerdo con sus conveniencias políticas.

Pero, volviendo a la cuestión del homenaje, volvió a repetirse lo sucedido desde el fallecimiento de Kirchner, que es el hecho de que se le ha rendido un homenaje a un sujeto que hubiera merecido al menos algunas voces que repudiaran enérgicamente su gestión, algo que no sucedió porque, parecería, no es “políticamente correcto” adoptar una postura de severidad con un muerto. Pero el problema no es la persona que falleció sino aquello a la que esa persona representó en términos políticos. Kirchner merece respeto como ser humano pero en vida fue un individuo personalmente detestable y su política merece innumerables reparos, tanto por sus contenidos intervencionistas y estatizantes en lo económico como por sus métodos de sesgo totalitario, su absoluta falta de ética, su desapego a la verdad, su argumentación falaz para justificar posturas políticas, su enriquecimiento súbito sin explicaciones satisfactorias e innumerables prácticas más que lo convirtieron en un sujeto absolutamente abominable.

Que esto haya sucedido, a esta altura, por supuesto, no es sorprendente. La pusilanimidad de la dirigencia política es tan pronunciada como la escasez de reflejos del pueblo para repudiar electoralmente a esa misma dirigencia, circunstancias que, combinadas, explican que estos papelones se sigan sucediendo. Es posible que, ni bien se presente una nueva oportunidad, estas claudicaciones se repitan en el futuro. No tiene demasiado sentido tener la expectativa de que la calidad de la dirigencia se vaya a elevar ni de que los contenidos de la política vayan a ser más elevados o profundos. Este país es lo que es y no da para mucho más que esto. Sería deseable, de todos modos, que los políticos tuvieran, si no más aptitudes, sí al menos un poco más de decoro. Y el decoro, en este caso, ameritaba una fuerte crítica contra un sujeto que se hizo acreedor a los más enérgicos repudios mientras vivía y que no por haber fallecido ha purgado sus culpas.

Afortunadamente, con este episodio, el ciclo de “la muerte de Kirchner” como incidente político en sí mismo está concluido y de ahora en más la vida política seguirá su curso, ya sin el marido de la Presidenta como actor determinante y, probablemente, sobrevenga, gradualmente, un período de distensión de hecho aunque los discursos de la Señora sigan siendo encendidos. Aparentemente, podría perfilarse una etapa donde la Presidenta seguirá pronunciando piezas oratorias plagadas de reivindicaciones ideologizadas inmersas en consideraciones vinculadas con las realizaciones épicas y las ensoñaciones revolucionarias mientras, en el nivel de las decisiones concretas y pragmáticas, los ministros que efectivamente ejercen el poder acuerdan con los diferentes actores de la vida política y económica acerca de asuntos que, en vida de Kirchner, se hubieran dirimido por la vía del conflicto. Lo veremos y lo comprobaremos en los próximos días. Mientras tanto, por fortuna, se han terminado los actos institucionales referidos a recordar al villano que falleció la semana pasada, a quien Dios juzgue como entienda que se lo merece y nosotros debemos procurar recomponer todos sus desaguisados porque nuestras vidas continúan y los problemas que Kirchner nos dejó aún no han encontrado soluciones.

3 comentarios:

  1. Muy bueno...comparto y agrego no merece homenaje quien no cree en la división de poderes, quien descalifica a la oposición y quien apreta con la caja a las provincias destruyendo el federalismo

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  2. Siganmos intentando por distintos caminos Ale,, dale espero ansiosa tu nota de mañana¡¡

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