miércoles, 10 de noviembre de 2010

La muerte de Massera invita a reflexionar


La muerte del ex comandante en jefe de la Armada, Emilio Massera, constituye una buena oportunidad para reflexionar acerca de los acontecimientos de los años ’70, en los que Massera cumplió un papel protagónico. Las pasiones que aquellos episodios aún hoy despiertan tornan desaconsejable que intentemos hacer una valoración imparcial de los hechos pero, sin perjuicio de eso, bien podemos tratar de dar una explicación preliminar de algunos de aquellos sucesos, como para acumular una masa crítica de información que permita, cuando los ánimos estén más sosegados, hacer esa apreciación que hoy no es aún posible.

La cuestión central es que, frente a la acción de las organizaciones terroristas, las Fuerzas Armadas ejecutaron una represión despiadada. Sin necesidad de entrar en más detalles, esto fue lo que sucedió. La pregunta que intentaremos responder es: ¿por qué ocurrió esto, por qué la represión fue despiadada, cuál fue el factor que determinó que la represión al terrorismo se ejecutara de ese modo?

Los sectores políticos interesados en condenar el accionar de las Fuerzas Armadas sin contemplación por la búsqueda de la verdad plena (es decir, que sólo atendieron a la parte de la historia que beneficia a sus intereses políticos) atribuyen el carácter despiadado de la represión a la abyección personal de los líderes militares de aquella época. Sin perjuicio de que esa perversión personal haya sido o no cierta (una cuestión que dejamos al margen para no exacerbar pasiones aún encendidas) lo cierto es que resulta oportuno explicar cómo es posible que semejante modo de reprimir al terrorismo se haya impuesto por sobre cualquier otro método posible. El terrorismo pudo haber sido combatido en base a otros métodos pero se eligió un método despiadado. ¿Cómo fue que se llegó a elegir ese método y no otro? ¿Simplemente porque los jefes militares eran abyectos? Si así fuera ¿cómo es que semejantes sujetos fueron convalidados como líderes sin despertar resistencias generalizadas? Este es el tema sobre el cual vale la pena reflexionar.

El propio nombre de las organizaciones guerrilleras suministra argumentos para comenzar a entender el problema: eran “terroristas”, es decir, provocaban terror. Lo hacían de manera deliberada, procuraban atemorizar a la sociedad. Y, efectivamente, lo lograron. Los atentados, los asesinatos, los operativos contra blancos civiles y militares provocaron el miedo colectivo. Y la sociedad reaccionó frente a ese miedo que las organizaciones terroristas deliberadamente provocaron. Pero reaccionó de un modo diferente a cómo los líderes guerrilleros lo habían previsto.

Un organismo asustado (un animal, por ejemplo) puede reaccionar de dos maneras: puede tratar de someterse a quien lo aterroriza para tratar de obtener su clemencia (esto es lo que esperaban los guerrilleros) o puede enfrentar a quien le provoca el sentimiento de terror (esto fue lo que pasó en Argentina y lo que no estaba en los cálculos de los guerrilleros). Pero un organismo que enfrenta a quien le provoca miedo es feroz, despiadado, cruel, inhumano. Así fue la represión al terrorismo en Argentina. Se trató de la respuesta desmedida de una sociedad que estaba profundamente angustiada frente al accionar de un grupo de organizaciones que empleaba no sólo la fuerza sino que además utilizaba la fuerza para aterrorizar con el propósito de producir el amedrentamiento de la sociedad y así tomar el poder político. Al aplicar la represión de ese modo despiadado, las Fuerzas Armadas expresaron el sentimiento de respuesta al miedo que la sociedad argentina mayoritariamente estaba experimentando. Esa es la explicación a la crueldad con la que el terrorismo fue reprimido.

No es el propósito de estas líneas intentar hacer una valoración de aquellos hechos. Esto es sólo una descripción que procura explicar objetivamente qué fue lo que sucedió. En el estado actual de apasionamiento que aquellos episodios aún despiertan, esta explicación es la máxima profundidad a la que es posible llegar. Con el tiempo, seguramente, se podrán hacer evaluaciones menos apasionadas. Estas líneas pretenden contribuir a explicar los hechos para que esas valoraciones puedan ser realizadas con mayor exactitud y elementos de juicio más precisos.

3 comentarios:

  1. Con mis 50 años y con el tiempo transcurrido y los conocimientos adquiridos, considero que puedo escribir sin pasión y hacer una valoración imparcial sobre la sangrienta historia de la década del 70. Estoy totalmente de acuerdo que los guerrilleros se transformaron en simples terroristas que querían instaurar una dictadura al estilo soviético, algunos, y al estilo maoísta, otros, que por lo tanto no respetaban el concepto vida humana y mucho menos las libertades individuales, como valores inalienables. Pero la facción de militares, que tomó el poder por la fuerza y decidió combatirlos con las armas, no solo de manera "despiadada" como acertadamente dice el artículo, pero también, sin la ley,se igualó, de manera inevitable, a quienes pretendían combatir y lejos de haberle hecho un bien a la sociedad, que decían intentar defender, degradaron el porvenir de la República. Lo dicho, sin entrar en los terribles desatinos que cometieron en política económica e internacional, los cuales subrayaron su irracionalidad. Mi interpretación sobre esa "guerra" de los 70 es que tanto los guerrilleros devenidos en terroristas como los miembros de las FF.AA. que se apropiaron ilegalmente del poder y los combatieron fuera del marco legal, merecen el rechazo de quienes aman la libertad y respetan la vida, como valor supremo de la humanidad. Ahora, ante la pregunta de ¿ Por qué la facción de militares que tomó el poder en 1976 eligió el camino de la ilegalidad y la "represión despiadada? En primer lugar, por tratarse de un grupo de individuos carente de una conducta libertaria en cuanto al supremo respeto por los derechos individuales, en suma la falta de comprensión del simple concepto que el estado debe estar al servicio de los individuos y no viseversa. Sumado a una preparación intelctual y ética muy pobre, que les hacía pensar que la defensa de los "valores de Occidente" y los ideales libertarios de quienes iniciaron la gesta emancipadora de del Imperio Español, se concreataba declamando la reafirmación de los "símbolos patrios", ó la defensa del mito de "las FFAA sanmartinianas" ó de "la argentina lider regional" y todos esos conceptos ideales que necesariamente ( para su pensamiento) debían estar por encima de los intereses individuales y que por tal motivo era posible "sacrificar" a "algunos" en defensa de estos......Hay decenas de ejemplos que demuestran que el grupo de "militares procesistas" tenían esa noción y el concepto que en ellos estaba la "reserva moral" de los valores del "occidente cristiano", aún por encima de las potencias líderes del Occidente capitalista. Lo cual fue probado cuando decidieron iniciar una guerra contra el Reino Unido.....

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