lunes, 10 de enero de 2011

El reclamo de equilibrio fiscal en favor del pueblo podría ser una idea-fuerza con mucha convocatoria electoral


Uno de los problemas más usuales para el desarrollo de la acción política liberal radica en la dificultad para lograr que la población comprenda, apruebe y apoye la necesidad, la conveniencia, los beneficios del equilibrio fiscal. La posición respecto de las cuentas públicas es una de las diferencias esenciales del liberalismo con todas las corrientes populistas. Los liberales preconizamos y reivindicamos la austeridad y el equilibrio en los gastos del estado, en tanto los partidos populistas defienden y practican el derroche y el déficit estructural en las cuentas públicas. Naturalmente, el dispendio en los gastos estatales es pagado, en definitiva, por el pueblo, ya sea por medio de una presión impositiva asfixiante, una degradación de la calidad de los servicios prestados por el estado y, en última instancia, a través de la inflación.

Está muy claro que la actitud hacia el manejo de las finanzas estatales marca una diferencia entre la postura liberal y la posición de los partidos populistas y que la aplicación de los principios sostenidos por el liberalismo es beneficiosa para el pueblo, en tanto que las políticas desarrolladas por las corrientes populistas resultan perjudiciales para la población. La cuestión es que los liberales no hemos sabido extraer ventajas políticas de esa superioridad conceptual. Esto es lo que vale la pena analizar brevemente.

¿De qué modo los liberales podríamos comunicar apropiadamente nuestra postura acerca del manejo de los fondos públicos, de modo de extraer beneficios políticos y electorales de ese hecho? Hay un hecho que es un buen punto de partida y que en general los políticos liberales no han sabido explotar apropiadamente.

Las políticas en las cuales se gasta más de lo que se recauda siempre terminan provocando, a la larga, la necesidad de producir un ajuste. ¿Cuál es la forma de evitar el ajuste? Bueno, obviamente, equilibrando los gastos con los ingresos. Y ahí está la oportunidad que, en general, el liberalismo no ha sabido aprovechar políticamente.

No hay políticos que, claramente, sean identificables con la idea de que están procurando evitar la necesidad de hacer un ajuste que, en definitiva, lo tendrá que pagar el pueblo. La idea es insistir y machacar constantemente con el concepto de que se está gastando de más y que eso, finalmente, concluirá en un ajuste salvaje que afectará gravemente la calidad de vida del pueblo. Se trata de una idea simple pero sumamente rentable en términos políticos y electorales. Hay sectores de la población que responderían positivamente a un planteo en estos términos. Por lo demás, la argumentación que es necesario esgrimir para sostener sistemáticamente esa idea dejaría descolocados a los políticos populistas porque no tendrían forma de rebatir ese tipo de planteos, en particular si están sustentados en información sólida, que no es nada difícil de obtener para economistas entrenados, especialmente en niveles de desarrollo que no son muy profundos porque el debate político no demanda datos mayormente detallados.

El liberalismo nunca ha desarrollado buenas estrategias de comunicación, que le permitan aprovechar y capitalizar en términos electorales la consistencia de sus argumentaciones políticas. Parecería que los liberales, convencidos de que nuestras posturas son técnicamente correctas, creemos que no debemos esforzarnos para transmitir apropiadamente nuestras ideas. De ese modo, dejamos vacante un espacio que los radicales y los peronistas aprovechan para obtener la adhesión popular y asegurarse la ocupación del gobierno, con el consecuente efecto de que los problemas que afectan a nuestro país y perjudican al pueblo nunca tienen una solución satisfactoria. Hace muchas décadas que nuestro país está así. La solución a todos estos problemas pasa por la aplicación de políticas liberales. Pero hasta ahora, a pesar de que es relativamente fácil, los liberales no hemos sabido transmitir nuestros programas para lograr la indispensable adhesión popular para poder llevar adelante la transformación que nuestro país requiere.

5 comentarios:

  1. ¡Excelente nota!.
    Super-utilizable para una campaña.

    El que tiene 10 pesos no pueda gastar 11 sin meterse en problemas.

    A la noche lo transfiero a mi muro del Face.

    Saludos,

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  2. Mas allá de la pompa y complejidad que le quieran dar los "especialistas" (plaga vil si las hay), la economía de un país responde a los mismos parámetros elementales de la economía hogareña.
    Buena nota, saludos.

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  3. el ultimo parrafo es impecable,

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  4. Muy buena nota....pura realidad. Es hora que los liberales salgamos a difubdir las ideas y atacar a los populistas que cada 5 ó 7 años nos llevan a un ajuste salvaje que afecta a todos pero más seriamente a los pobres que ellos dicen representar.

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  5. Pero entonces que se hace? Quienes ahora representan a los políticos liberales de verdad.
    Tu explicación es muy coherente y verdadera, la nota es ejemplificadora...y donde estan los que pueden resolver esto? dime...

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