viernes, 7 de enero de 2011

Si el kirchnerismo gana en octubre, el país quedará en manos de Moyano


Si nadie hace nada para que la situación cambie, el kirchnerismo va a concluir por ganar las próximas elecciones. No se trata de que el pueblo mayoritariamente adhiera al oficialismo sino de que no están apareciendo alternativas. Hasta ahora, esto no era un problema grave porque había tiempo para generar esas alternativas. Todavía sigue habiendo tiempo. Pero los plazos son más estrechos que antes. Si de ahora a marzo o abril no surgen esas oportunidades, nos encontraremos con la situación de que, por falta de otras opciones, el pueblo tenderá a inclinarse por el kirchnerismo, no porque sea lo que le guste sino porque no habrá otra alternativa. El oficialismo tiene al menos la ventaja de que cuenta con una líder indiscutida, algo que no tiene el resto de las corrientes políticas, y siquiera una dosis de previsibilidad, algo que tampoco puede ofrecer nadie de la oposición.

Sería fantástico que hubiera una propuesta liberal pero se trata de una alternativa descartada por obvias razones de matemática electoral. Ante este cuadro de situación, es esencial que no gane el kirchnerismo. Si el actual gobierno ratifica en las urnas su supremacía, tratará por todos los medios de consolidar su proyecto hegemónico y cuasi totalitario. Un triunfo del kirchnerismo derivaría, casi con certeza, en una consolidación del papel político de Moyano, por ejemplo. Este es el peligro inmediato y contra esta amenaza es que sería deseable que aparezca alguna propuesta electoral lo suficientemente viable como para estar en condiciones de neutralizarla.

Aunque a los liberales no nos guste, la solución tiene que venir desde los partidos populistas. No hay otra alternativa. La expectativa más lógica es que la alternativa antikirchnerista se genere desde los propios sectores disidentes del peronismo. Como plan B, podría aparecer algún radical que no sea Ricardo Alfonsín. En su momento, Cobos parecía una alternativa viable pero las encuestas lo muestran alicaído actualmente y apareció el nombre de Ernesto Sanz, aunque tiene escasas chances de convertirse en un candidato presidencial potencialmente ganador porque la gente prácticamente no lo conoce.

Desde el peronismo, está claro que la alternativa al kirchnerismo tampoco puede ser Duhalde porque sus antecedentes lo condenan irremediablemente. No se vislumbra otro candidato a menos que Reutemann modifique su pétreo silencio y se lance a una candidatura presidencial. Otros, como Solá, Das Neves, Rodríguez Saa, etc. no tienen entidad como para resultar competitivos y, en el caso de ganar, ser capaces de gobernar y que el país no derive en una situación de anarquía.

Queda como alternativa el populismo de derecha representado por Macri pero si reproduce en el orden nacional las incoherencias y contradicciones en las que incurrió en su gestión como Jefe de Gobierno, va a durar dos meses en la Casa Rosada. Macri es un político que no tiene agotado su crédito pero por ahora una candidatura presidencial “le queda grande”. Otra posibilidad es que crezca la figura de la señora Elisa Carrió... Pero la pregunta que surge es ¿qué curso de gestión seguiría en el caso de acceder al gobierno? Carrió adquirió relevancia política como una figura caracterizada por sus sistemáticas denuncias y cuestionamientos hacia los demás pero jamás explicitó o al menos dejó traslucir una orientación definida de gobierno.

La conclusión de este análisis es que estamos sumidos en una incertidumbre que beneficia el gobierno, a sus planes de hegemonía política y, presumiblemente, al líder sindical Hugo Moyano que, en el caso de que el kirchnerismo revalide su victoria, encontrará seguramente la oportunidad –por medio de sus habituales métodos de prepotencia, arbitrariedad y patoterismo- de “copar” el gobierno y adueñarse de hecho del poder real, desplazando a todos sus competidores internos y sometiéndolos a su voluntad. Huelga decir que el futuro del país, en semejantes condiciones, sería catastrófico. La única solución posible es que alguien le gane las elecciones la kirchnerismo y luego consiga gobernar con razonable sensatez el país. Pero ¿quíen?

7 comentarios:

  1. Amigos; interesante análisis. Pero la conclusión es que Vds. (como vengo sosteniendo) "a la hora de los bifes" terminan predicando un "anarco-capitalismo" sin candidato concreto...

    No es fácil gobernar, menos países como éste. Y el poder no es para cualquiera.

    Miren que tuvieron tiempo para "preparar" algún candidato....

    Pregunto: ¿no comienzan a sospechar que tal vez parte del problema lo tengan Vds y su incapacidad pragmática para bajar a la realidad las ideas que predican?

    Abrazo,!
    R.P.

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  2. Delivrey, no tengas dudas de que en el liberalismo hay una incapacidad catastrófica para organizar apropiadamente la acción política

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  3. De acuerdo con el análisis pero no me voy suicidar.

    Pienso que aunque no tengamos candidatos tendríamos que pedir que gane quien ganare se cumplan algunos puntos mínimos.
    Por ejemplo. "Estabilidad Monetaria", "Basta de los coqueteos con Dictadores como Chavez, Castro o el de Irán", "Basta de subsidios al futbol", "Destacar la importancia del trabajo y terminar con los planes descansar", "Considerar una ley de interrrupción del embarazo", etc.

    No podemos solamente andar repitiendo lo que dijo von Mises.

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  4. Buenas noches. A esta altura es inevitable el triunfo del régimen K... pero vamos a verle el lado positivo. Si ganara algún partido de la oposición muy pronto debería hacerse cargo del desastre que dejarán los K y afrontar un ajuste considerable. Más aún si llegan a bajar los precios de los cereales. Es preferible que la bomba le estalle a Cristina, de lo contrario en cuatro años regresan y ya no se van más!!
    Saludos. Jorge.

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  5. Dios ya nos dio una mano, no descartemos que nos siga ayudando...

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  6. Seria bueno que pasara lo que dice Jorge, pero el regimen K lo soluciona poniendo la mano en los bolcillos de los pocos que quedamos con la cultura del trabajo- progreso

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