miércoles, 20 de octubre de 2010

Moyano no tiene futuro político

El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, viene desarrollando una intensa acción política en los últimos meses. No está claro cuáles son las intenciones de Moyano en el campo específicamente político. Un individuo como Moyano no puede ignorar que su imagen pública es muy negativa y que carece de chances reales de obtener la victoria en cualquier comicio. Moyano no aclara cuáles son sus intenciones y, por lo tanto, no queda otra alternativa que hacer conjeturas y deducciones a fin de interpretar sus intenciones políticas.

Si Moyano es conciente de que su imagen pública es impresentable, lo imaginable es que no intente ejercer el poder político en forma directa porque sus posibilidades en ese sentido son prácticamente nulas. La lógica de la dinámica política es que Moyano intente operar políticamente a través de representantes, como lo está haciendo ahora por medio del diputado Héctor Recalde. El interrogante que cabe plantearnos es cuáles son los planes de Moyano. El líder camionero no muestra un perfil que lo exhiba como representante de proyecto político alguno. En ese sentido Moyano es diferente a su aliado Néstor Kirchner, quien sí tiene un perfil político nítido.

Quizá la carencia de un proyecto visible sea la principal debilidad de Moyano en cuanto figura política. Nadie, excepto un círculo muy estrecho de cortesanos, puede sentirse contenido en una convocatoria política lanzada por el jefe de los camioneros. Si, a pesar de eso, Moyano es un sujeto con relevancia pública y que aspira a proyectarse políticamente, es porque no tiene escrúpulos en emplear la violencia –en principio verbal y si fuera necesario, también física- para concretar sus objetivos. Pero un proyecto basado en la mera violencia es políticamente inviable y ése es el problema que Moyano no está en condiciones de resolver y no hay la menor razón para suponer que esta situación pueda modificarse.

Kirchner, que sí es un político hábil, le “da soga” al desenvolvimiento de Moyano porque percibe que el moyanismo no tiene futuro en términos políticos. De ese modo, la acción de Moyano le sirve a Kirchner para debilitar a sus adversarios políticos comunes pero quien puede cosechar los beneficios de esa acción es el “pingüino” y no el camionero. ¿Hay alguna posibilidad de que, por medio del empleo de la fuerza, la acción de Moyano conduzca a algún desenlace político definido? No parece probable que eso pueda ocurrir porque la fuerza no sirve para lograr un clima de estabilidad política. La oposición con la que se encontraría un régimen controlado directa o indirectamente por Moyano sería tan enconada que la gobernabilidad sería imposible. Ese es el sentido en el que Kirchner es más hábil que Moyano.

Es bastante probable que la incidencia de Moyano en cuanto actor de la vida política vaya desapareciendo a medida que se consolide el escenario electoral para 2011. El protagonismo de Moyano es posible porque la situación política se encuentra en un impasse y, en ese vacío, una figura lamentable como la del líder camionero encuentra el resquicio para ocupar un espacio que, por el momento permanece vacante. Es indudable que Moyano intentará colocar gente propia en las listas de candidatos del kirchnerismo –y, eventualmente, de otros partidos también- en las próximas elecciones. Si se presenta por sí mismo, es impensable que obtenga un buen resultado, a menos que perpetre un fraude escandaloso. Pero si el kirchnerismo, como es previsible, fracasa en las elecciones, no se ve que Moyano pueda tener un futuro político promisorio, gracias a Dios...

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