miércoles, 23 de marzo de 2011

En Chubut, el gobierno exhibe los métodos que empleará para ganar en octubre

Las sospechas de fraude que el gobierno está instalando en relación a las elecciones de Chubut ponen en evidencia que el gobierno está dispuesto a todo con tal de no reconocer una derrota. El kirchnerismo no admite perder. Y ese es un factor determinante en el desánimo de la oposición y en la afirmación de las aspiraciones del oficialismo.

Es sumamente difícil competir contra un adversario inescrupuloso como lo es el gobierno. Hace falta estar dispuesto a recurrir a métodos que permitan, al menos, neutralizar las trampas del rival, lo cual requiere en muchos casos ser también bastante inescrupuloso y estar dispuesto a competir con sus métodos, en su terreno y con sus reglas. La ventaja del tramposo, en estos casos, es que actúa con convicción en tanto que el adversario del ventajero opera como reacción a metodologías ajenas.

Desde que llegó al gobierno, el kirchnerismo siempre ha tenido esa ventaja y por eso continúa firmemente asentado en el gobierno. Mientras los adversarios señalan que el kirchnerismo “vulnera la ley” o “no tiene derecho” a actuar de tal o cual modo, el gobierno aplica de hecho sus métodos y luego inventa algún entramado jurídico ficticio para legitimar sus trampas. Frente a este método de gestión, la oposición no tiene respuesta. Por eso el kirchnerismo lleva ventaja y se encamina a una nueva victoria en 2011. En cierto modo, debemos admitirlo, el gobierno se merece ganar porque trabaja para eso, en tanto que la oposición simplemente “navega” sin rumbo y sin destino, en medio de la desorientación, las vacilaciones y la incertidumbre.

Las elecciones de Chubut son un ejemplo del modo en que el gobierno actúa. Por medio de acusaciones de fraude están buscando, por todos los medios posibles, adjudicarse los comicios. Es bastante probable que quienes hayan cometido fraude hayan sido los propios kirchneristas, aunque Das Neves seguramente tampoco es “la Madre Teresa de Calcuta”. El kirchnerismo hizo una excelente elección, quizá ayudado por alguna “picardía”, y Das Neves, por medio del aparato provincial, seguramente habrá ejercido una buena dosis de influencia del tipo de la que el kirchnerismo emplea habitualmente. Pero la ventaja competitiva del gobierno nacional es que ejerce ese tipo de trampas y condicionamientos de manera sistemática, racional, industrial, en tanto que todos los demás operan en forma artesanal, improvisada, circunstancial.

Planteado el problema en estos términos, no se vislumbra de qué modo el gobierno podría perder las elecciones. Por supuesto que en gran medida los métodos que el kirchnerismo aplica son sucios, ilegales y en cualquier caso inmorales. Pero a los efectos prácticos los criterios que el oficialismo aplica son eficaces y en definitiva eso es lo que cuenta. Una condición esencial para que pueda surgir y consolidarse una alternativa opositora es que quien enfrente al gobierno sea capaz de competir de igual a igual, sin darle al oficialismo ventajas decisivas antes del comienzo del proceso electoral. Esto puede implicar en gran medida atenerse a los mismos métodos sucios que el propio gobierno aplica o elaborar estrategias que permitan neutralizar esos procedimientos. Pero como la oposición opera en el terreno de la palabra y el derecho en tanto que el gobierno se mueve en el campo de los hechos reales, el beneficio queda para el oficialismo.

En Chubut, hoy comienza el escrutinio definitivo de votos y es altamente probable que el gobierno plantee infinidad de objeciones destinadas a “embarrar la cancha” para tratar de sacar ventajas. Esto, por supuesto, es ilegítimo pero el problema es que la pasividad de los adversarios le permite al kirchnerismo aplicar la política de los “hechos consumados” y existe el riesgo de que, por medio de un “manotazo” terminen volcando en su favor el resultado que, provisionalmente, favorece a la oposición representada por Das Neves. Por lo demás, tampoco hay que descartar que, en el caso de que triunfe finalmente el candidato de Das Neves, Martín Buzzi, el gobierno lo “compre” con favores políticos, fondos para obras públicas y otras prebendas del tipo de las que el kirchnerismo sabe administrar con tanta eficiencia. El panorama sigue siendo adverso con vistas a las elecciones de octubre. Por ahora, no se vislumbra un cambio de escenario. No tenemos fundamentos para ser optimistas. Nos gustaría poder decir otra cosa. Pero la realidad nos impone un juicio negativo.

2 comentarios:

  1. Tenés menos análisis político que la revista ParaTeens.

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  2. Concuerdo con el Sr Sala en que este gobierno se vale de cualquier método legal o ilegal para ganar. No concuerdo en que eso le haga merecer otro triunfo.

    Ocurre que los extremistas lo son porque para ellos no hay términos medios, además insisten en que "el fin justifica los medios".

    Solo tienen dos formas de retirarse : como los grandes triunfadores o como las grandes víctimas.

    Saben que de triunfadores no tienen nada por lo tanto van a crear el escenario y la actuación necesaria para retirarse como víctimas.

    Cueste lo que cueste y sufra quien sufra. Les da lo mismo, lo importante es ser las víctimas incomprendidas, perseguidas injustamente.

    La oposición como proyecto de un gobierno distinto no existe.

    Solo son candidatos a ganar elecciones sin coraje, sin patriotismo y sin inteligencia . De lo contrario se unirian para un gobierno de transición para jerarquizar la justicia, eliminar todo lo anticonstitucional, juzgar a los delincuentes, corregir ingresos y egresos del presupuesto nacional, volver a la República y al Federalismo y llamar a elecciones no obligatorias y con derecho del votante a tachar de la lista a quien no conoce o no quiere.

    No lo hacen por ignorancia o por conveniencia.

    Unos creen que si asumen van a poder con todo, aun contra la maffia que critican en sus declaraciones, los otros planean negociar con las maffias que tambien critican para participar en el negocio.

    Atentamente

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