lunes, 28 de marzo de 2011

Podría estar gestándose una alternativa opositora viable

En el curso del fin de semana circuló una información que no tuvo mucha repercusión pero sobre la cual conviene depositar la mirada porque puede tener gran importancia. La noticia es que se estaría organizando, para mañana, martes, una reunión secreta entre todos los referentes del peronismo disidente donde la cuestión determinante es la participación del senador Carlos Reutemann. Nada más que eso, al menos en principio.

El hecho de que Reutemann participe no implica, teóricamente, que el Lole vaya a ser candidato a nada. Según consta en las informaciones disponibles, Reutemann le dijo a Eduardo Duhalde que "yo acompañaré a quien gane la elección interna del Peronismo Federal: seas vos o Rodríguez Saá". La coordinación de la reunión está a cargo de alguien que se hace notar poco pero que tiene un papel significativo: la diputada Graciela Camaño.

No podemos engañarnos respecto de lo que una reunión de este tipo representa, en particular al estar centrada en la presencia o no de Reutemann. La lectura política apropiada es que se trata del paso inicial para motorizar el proyecto Reutemann 2011. Es natural que esta iniciativa no se anuncie aún e inclusive que se la niegue, tanto de parte del propio senador como del resto de los participantes en el acuerdo. Seguramente, hay todavía muchas cuestiones por negociar y resolver antes de que se tome una decisión al respecto. El propio Reutemann, por una natural y comprensible prudencia, no se decidirá hasta tanto toda la ingeniería política destinada a sustentar su eventual candidatura no esté debidamente edificada.

No vamos nosotros, desde el liberalismo, a sumergirnos en el análisis de los detalles de esta negociación. Se trata de una cuestión que involucra a una línea interna del peronismo y, por lo tanto, no nos concierne. Pero lo que no nos es ajeno es el destino del país. En las circunstancias actuales, es esencialmente importante que el kirchner-moyanismo sea derrotado en las próximas elecciones y un peronismo corrido hacia el centro, moderado y tolerante aunque mantenga los usuales contenidos populistas que lo caracterizan, es una opción satisfactoria dentro de este panorama. Reutemann es un político apto para encabezar un proyecto de esa naturaleza. Por eso el dato de que se proyecta una reunión trascendente donde el factor central es la presencia del Lole adquiere significación.

El principal problema de todas las corrientes de oposición, hasta el momento, es la imposibilidad de definir un candidato capaz de aglutinar y contener a todas las corrientes y a atraer a suficientes porcentajes del electorado como para derrotar al oficialismo. Por eso, desde este espacio, en las últimas semanas, hemos venido sosteniendo que, de no modificarse el rumbo político, la Señora ganaría las próximas elecciones presidenciales. Pero si sectores relevantes del justicialismo convergen en una candidatura aceptable y despliegan hacia abajo una base de sustentación política razonablemente consistente, la posibilidad de vencer al kirchner-moyanismo se torna cierta. Más aún, es posible que esta sea la señal que determine que la Señora resigne su candidatura porque se daría cuenta de que no puede ganar y, antes que perder, preferiría seguramente alejarse del poder para disfrutar de todos los beneficios acumulados a lo largo de estos años. Y que nadie se haga ilusiones: los peronistas la van a dejar ir sin llevarla a la justicia ni preguntarle cómo fue que se enriqueció.

Es posible que algunos se indignen ante este hecho pero no hay vuelta con esta cuestión. La Señora puede seguir siendo o no la presidenta pero no va a ser condenada por ningún ilícito. No nos quejemos, peor sería que vuelva a ganar las elecciones. También es posible que algunos liberales intransigentes cuestionen el hecho de que veamos como positiva la eventual candidatura de Reutemann y sostengan que, en definitiva, es peronista y no liberal. Pero nosotros debemos considerar como valioso al hecho de que pueda asegurarse la vigencia del orden republicano, aún cuando el gobierno no sea de carácter liberal porque en un contexto de pluralismo podríamos hacer valer la mayor consistencia de nuestra argumentación con vistas a un gradual crecimiento político posterior. Un eventual triunfo de Reutemann y el desplazamiento del kirchnerismo es funcional a los intereses políticos del liberalismo. Debemos saber apreciar y aprovechar la oportunidad que podría presentársenos.

1 comentario:

  1. He advertido un grave error conceptual en tu formulación. Vos decís que se necesita, en este panorama, un gobierno que se corra hacia el centro. Pero, si vos sos liberal: ¿para que requerís un gobierno a la izquierda de los K? No sera aún más a la derecha? (en todo caso, la pregunta sería si eso es posible)

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