jueves, 10 de marzo de 2011

La presidenta ratificó su preferencia por el estatismo en la educación

La inauguración por parte de la señora presidenta del nuevo edificio de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y los conceptos vertidos por Cris nos ofrecen una buena oportunidad para reflexionar acerca de la mal llamada “educación pública y gratuita”. Conviene decir, ante todo, que probablemente no haya transferencia de recursos más regresiva que la educación universitaria no arancelada. No se puede hablar de “educación gratuita” porque tal cosa constituye una falsedad. El costo de la educación es afrontado por alguien que no es el estudiante que la recibe pero eso no significa en modo alguno que dichos estudios no exijan erogaciones.

La mal llamada “educación pública y gratuita” es costeada con fondos estatales obtenidos esencialmente a través de impuestos. ¿Quién paga esos impuestos? Todos los ciudadanos. ¿Y quién se beneficia de la instrucción impartida en las universidades estatales? Evidentemente, los estudiantes que allí estudian. Esto significa, por ejemplo, que el IVA cobrado a la gaseosa comprada por un modesto trabajador de la zafra tucumana o el paquete de azúcar adquirido por el beneficiario de un plan social del Gran Buenos Aires se destina a financiar los estudios de un joven que estaciona su auto en la Ciudad Universitaria. Sería bueno que los partidarios de la “educación pública y gratuita” expliquen el “modus operandi” de este esquema de redistribución de los recursos. La “universidad pública y gratuita” implica, esencialmente, sacarle a los pobres para darle a los ricos. A pesar de eso, se la sigue reivindicando en nombre de la “igualdad de oportunidades” y constituye una de las “banderas no negociables” de la izquierda. Los liberales, que reivindicamos el simple hecho de que la educación sea pagada por quien la recibe, somos “los malos de la película”.

Por supuesto que este enfoque supone reformular globalmente el ordenamiento social y los valores en los que se sustenta. La idea de que la universidad debe ser “pública y gratuita” está fuertemente arraigada en nuestro país y el planteo de que se reduzcan sustancialmente los impuestos para que el estado se retraiga de la participación en la prestación de servicios educativos y que estos queden a cargo de quien los usufructúa prácticamente no tiene consenso alguno en nuestro país. Más todavía, aún quienes reivindicamos la privatización del sistema educativo debemos admitir que este tema está lejos de ser prioritario. Pero sí al menos es bueno que haya conciencia de lo que ocurre, es decir, de que no existe la “educación pública y gratuita”.

Cada vez que se plantea este tema, se pone sobre el tapete el argumento de que, en su momento, Sarmiento impulsó la educación estatal y si el enfoque en favor de la privatización de la educación fuera legítimo, deberíamos concluir que Sarmiento se equivocó. Pero este es el tipo de cuestiones en las cuales hay que saber evaluar cada circunstancia en particular e insertarla en su contexto. Así como es posible reconocer que aún ahora la privatización del sistema educativo no es una prioridad, también es posible entender que en la época de Sarmiento había prioridades básicas que explicaban su política educativa.

Cada política tiene su momento pero las verdades lo son siempre. El hecho de que la “educación pública y gratuita” implica una transferencia de recursos desde el estado hacia los que reciben esa educación es incuestionable, en la época de Sarmiento, ahora y en el futuro. La posición a adoptar frente a ese tema es una cuestión política y, como cualquier otro asunto de esa índole, está condicionado por la oportunidad. Es admisible que, en el estado de postración en el que nuestro país se encuentra actualmente, no haya margen para encarar un proceso enérgico de privatización del sistema educativo. Pero no por eso esa iniciativa deja de ser correcta tanto por razones económicas como pedagógicas. La presidenta, al reivindicar la “educación pública y gratuita” –que no es tal porque es solventada por los contribuyentes- demuestra que transita en la dirección equivocada, en la misma dirección equivocada por la cual nuestro país circula desde hace 60 o 70 años. Quince millones de pobres, inflación, precariedad en todos los órdenes de la vida, inseguridad, corrupción, clientelismo y muchos males más son las consecuencias de ese sistema. Sería bueno que pensemos en recorrer un camino más promisorio.

9 comentarios:

  1. SUPERRRRRRRRRRRR MUY BUENO!!!!!

    ANY FAGG DEL FACE

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  2. Alejandro, no coincido con lo que ponés en tu blog.
    La EDUCACIÓN (Así con mayúsculas), no es un gasto, sino una inversión y es responsabilidad absoluta del Estado, así está consagrado en nuestra constitución y así lo pensaron grandes como Alberdi y Sarmiento. No por casaulidad. Es una obligación indelegable.
    El Estado debe asegurar la posibilidad de acceso a la educación en todos sus niveles a todos los habitantes de nuestro suelo, ahora bien, coincido conque es injusta la "redistribución" que se produce cuando un estudiante va a la facultad en un Mini Cooper, sin pagar nada, gracias a que un peón del algodón cuyos hijos comen salteado, le paga los estudios.
    Pero ello no implica que el camino sea la privatización total de la educación (Una locura) sino un correcto arancelamiento, en base a una merituación socio económica del estudiante, que asegure el acceso a la universidad de manera gratuita a aquellos que no puedan costearse sus estudios, mientras aquellos que puedan pagarla, lo hagan de manera diferenciada, así como se reciben o no las asignaciones familiares de acuerdo al ingreso, por ejemplo.

    Defiendo como liberal y defenderé siempre, que la educación es una de las principales cuestiones a las que debe abocarse el estado, junto a la salud, la justicia, la seguridad interior y la defensa.

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  3. Coincido plenamente con Arturo769.
    Gracias.

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  4. Una vez más reitero que el modelo liberal puro no es más que un modelo utópico hacia el que los liberales debemos encaminarnos y tenerlo como guía.

    Yo también concuerdo con Arturo 769. La educación como la salud pública, la seguridad interior, la justicia, la legislación, la defensa, son RESPONSABILIDADES DELEGADAS al Estado. En Educación y en Salud solo en la prestación del servicio, porque nadie puede quitar a cada ciudadano el derecho a establecer y disfrutar de su propio criterio en la elección entre estatal o privado.

    Eso no quiere decir que no pueda haber educación y salud privada, las que debieran formar parte del mismo presupuesto que el sector estatal, más el aporte privado.

    No es la cosa que no exista el servicio estatal, sino que este se maneje por los mismos estándares de eficiencia que los privados.

    Hoy la educación y la salud estatales son de extrema mediocridad, como todo lo estatal.

    Atentamente

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  5. Estimados: no creo que sea tan indelegable la educación pública universitaria, puesto que contribuye a garantizar que todos paguen por algo por actividades que luego les serán aranceladas. Soy más partidario de una educación universitaria privada y con adecuado sistema de becas hacia quienes demuestren capacidad e interés. Otra cosa que debe ser abarcada es el sinceramiento de los subsidios estatales a la educacón privada, que pueden ser cambiados por vacantes a los alumnos sobresalientes, vengan de donde vengan, aunque como los que tienen escasos recursos son más vendrán de ese sector en su mayoría, lo que redundará en una verdadera igualdad de oportunidades. Coincido en que la educación es una inversión, pero no coincido en invertir mal, dado que el dinero en su mayoría viene de gente que no tendrá oportunidad alguna de usar para sí y los suyos dicha inversión y es más tienen otras prioridades más urgentes para solventar (como comer todos los días, por ej.)
    Como diría el finado Olmedo: "si lo vamos a hacer, hagámoslo bien!" saludos

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  6. Excelente, como siempre Alejandro. Dos cosas, parte del financiamiento del nuevo edificio, fue una donación de un ex-alumno de un millon doscientosmil dolares. En 2002 se realizó la misma...
    Coincido en gran parte con todos los comentarios, muy atinados también.

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  7. Me parece importante que dentro de los sectores liberales se discutan otros temas además del económico. El liberalismo es más que economía.

    El golpe más duro que pueden recibir los estatistas y dirigistas es que se les saque el monopolio de la educación. Gracias a este estatismiso pueden decir cualquier cosa antiliberal en los colegios y universidades.
    Pueden alabar al che Guevara y fumar marihuana.

    Pienso que además de introducir lo privado en la educación hay que reformular los contenidos.
    Yo creo que hay que eliminar muchos contendos ideologizados y definitivamente la enseñanza de historia. En la primaria debe "primar" lengua, matemáticas y ciencias así como actividades manuales.

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  8. Don Carlos A Stella:

    Por favor, no se olvide que también y fundamentalmente deben "primar" los principios éticos o morales, fundamentales para el buen comportamiento de las personas.

    Atentamente

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  9. Me parece que es un desatino hablar de privatizar la educación sin antes tener en consideración una visión antropológica sobre el hombre. Tan sólo si partimos de la premisa que entiende "qué es el hombre" se podrá hablar sobre qué significa educar. Para ello hay que reconsiderar al hombre en relación a su comunidad de semejantes, en relación con la naturaleza y en vinculación con Dios (la religión). A partir de ahí surge la idea sobre el Estado y sus respectivas funciones.

    Veo que se habla mucho sobre si estatizar (izquierda) o privatizar (liberales) pero no se revisa a fondo la concepción antropológica que siempre subyace en este tipo de proyecto.

    Esto como primer paso teórico.

    R.P.

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